ETOLOGÍA CLÍNICA VETERINARIA, MEDICINA VETERINARIA COMPORTAMENTAL O ZOOPSIQUIATRÍA


La etología veterinaria tiene por objeto la atención de los problemas del comportamiento animal y su tratamiento mediante terapias cognitivo-conductuales, sistémicas y farmacológicas. Es ejercida exclusivamente por médicos veterinarios especializados en comportamiento animal, cuya formación en esta área del conocimiento es soportada por la etología, la anatofisiopatología, la semiología y la psicofarmacología.

SUSCRIPCIÓN A LA COMUNIDAD

La comunidad de la AVLZ esta abierta únicamente a Médicos Veterinarios.

Para suscribirse a la comunidad los requisitos son los siguientes:

El candidato a darse de alta en la AVLZ debe tener una práctica profesional orientada hacia la etología clínica y tratar patologías del comportamiento de caninos y felinos.

El candidato deberá enviar su CV a la comisión directiva por intermedio de alguno sus integrantes para ser evaluado y definir su ingreso.

Por acuerdo de asamblea de la AVLZ la cuota por Membresía a cubrir es de 50.00 USD (Dolares americanos) para el período 2017-2018.

Para abonar esta cuota deberá comunicarse con el tesorero de la AVLZ: Dr. Stephane Meder Vincileoni, stephane.meder@cgocable.ca


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martes, 16 de junio de 2009

DOCUMENTO SOBRE LA PROBLEMÁTICA DE LOS ACCIDENTES POR MORDEDURA DE PERROS

En octubre de 2008 la Comisión Directiva de la Asociación Veterinaria Latinoamericana de Zoopsiquiatría con Personería Jurídica Registro N° 7267, elabora el siguiente documento sobre la problemática de los accidentes por mordedura de perros:

1) El perro es un animal social y sociable con su propia especie y con el humano, donde la agresión, en el contexto adecuado y en animales sanos física y comportalmente, solo se presenta en situaciones de conflicto (competencia, defensa, miedo o dolor) y se reduce a simples amenazas (secuencia comportamental claramente estructurada y controlada). Por lo tanto no es un patrón de comportamiento normal atacar a sus congéneres o a las personas en forma imprevista y descontrolada (secuencia incompleta, desestructurada y fuera de contexto), y cuando se produce obedece a estados de disfuncionalidad y por lo tanto patológicos. Obviamente ninguna de ambas situaciones es aceptable para la convivencia con el ser humano. Sin embargo estas situaciones de conflicto se pueden evitar por completo con una correcta socialización, estimulación temprana, jerarquización y comunicación entre el perro y el resto de la familia con la que convive.

2) Su origen es como resultado del proceso de domesticación comenzado por parte del ser humano hace ya unos veinte mil años. Desde entonces el perro convive con nosotros, y así seguirá siendo, ya que es innegable que los beneficios que nos otorgan son infinitamente superiores a las desventajas, las cuales en su casi totalidad son resultados del incorrecto accionar de las personas. Ya que son éstas las responsables de sus características morfológicas, fisiológicas y comportamentales, y de las consecuencias de su interacción con el medio físico y social en el que se encuentra inmerso. Y cualquiera fuese la función que cumpla el perro, en ese medio nos encontramos inmersos todos, nos guste o no.

3) Es imprescindible el ejercicio de una tenencia responsable de los animales de compañía por parte de las personas a cargo, para garantizar una adecuada provisión de alimento, vivienda, contención, atención de la salud y buen trato durante toda su vida, evitando así mismo el riesgo que pudiere generar como potencial agresor. La falta de responsabilidad lleva a que se los trate como artefactos utilitarios y se los convierta en individuos incapaces de relacionarse con los demás miembros del núcleo familiar en el que conviven, para después ser descartados mediante el abandono o la eutanasia. Por eso es necesario, además de educar, una legislación que acompañe el desarrollo de una conciencia responsable y respetuosa no solo hacia los animales de compañía, sino hacia la naturaleza en su conjunto, y no crear leyes oportunistas que apliquen medidas punitivas facilistas en momentos de crisis inducidas por los medios masivos de comunicación. No tenemos dudas que esto redundará en grandes beneficios para la convivencia de todas las personas entre si.

4) Limitar las medidas tendientes a evitar los accidentes por mordeduras de perros a prohibir determinadas razas en especial, o desalentar la tenencia de caninos domésticos en general, es un terrible error. Sus fundamentos, si los hay, no resisten el menor análisis científico. Si bien las consecuencias de la agresión están en relación directa con el tamaño y la fuerza del animal, los problemas de comportamiento que se manifiestan con reacciones agresivas se pueden presentar en cualquier raza, y mucho más frecuentemente en mestizos. Pero lo más importante es que los factores morfológicos, fisiológicos, etológicos, ecológicos, sociológicos, etiopatogénicos y fisopatológicos involucrados, son los responsables directos de esas reacciones, y no la raza del perro. Todo lo cual está ampliamente estudiado en numerosos trabajos científicos y clínicos de las ciencias veterinarias. Culpar a ciertas razas solo sirve para desviar la mirada y desatender el verdadero problema de base, empeorando aún más la situación. Los hechos puntuales son solo el signo, el problema es global y multicausal.

5) La principal medida a implementar en forma inmediata es que desde la educación primaria se informe y forme a los futuros ciudadanos y dirigentes de los años que vendrán, en la problemática de una incorrecta interacción y los beneficios de un adecuado vínculo humano – animal y el respeto por la vida. No olvidemos que la propia especie humana es la principal responsable de las mayores agresiones.

6) Es imprescindible que los responsables de la salud y la educación pública consulten en forma periódica, y los incorpore a sus organismos de trabajo, a los veterinarios especialistas en el área de conocimiento relacionada con el tema. Ellos son los únicos correctamente capacitados y habilitados para intervenir, y deben ser consultados no solo sobre los hechos consumados, sino en forma preventiva, que es cuando mejores resultados obtendremos.